29 ago 2018

Los peligros de los refrescos: por qué son tan malos?



Bebidas gaseosas o carbonatadas, refrescos, sodas… no importa cómo les llames: son el vicio de mucha gente aunque no se suelan considerar como tal. Después de todo, son baratas, están por todas partes y nos aportan un chute de energía parecido al del café. Un refresco parece tan inocente… ¡no puede ser tan malo como las drogas o el tabaco! Pues bien, no me gusta dar malas noticias, pero… ten por seguro que las bebidas carbonatadas pueden ser muy perjudiciales para la salud y pueden afectar tanto al físico como al estado de ánimo.


Una de las mejores cosas que puedes hacer por tu salud es eliminar este tipo de refrescos de tu dieta (¡tanto los normales como las versiones light!). ¿Necesitas motivos para hacerlo? Aquí tienes una lista de razones por las que considero que no deberías consumir estas bebidas tan tóxicas.


POR QUÉ SON TAN PERJUDICIALES

¿Te servirías ocho cucharaditas de azúcar blanco de una tirada? No, ¿verdad? Sin embargo, eso es exactamente lo que haces cada vez que te tomas un refresco, ya que una lata de estas bebidas gaseosas contiene aproximadamente 36 gramos de azúcar. Si tenemos en cuenta que la Asociación Americana del Corazón recomienda tomar al día no más de seis cucharaditas de azúcar añadido para las mujeres y nueve para los hombres, es lógico que esté en la lista negra de todos los médicos.

El azúcar está relacionado con los síntomas del intestino permeable: permite que las substancias pasen del intestino al torrente sanguíneo cosa que puede provocar problemas de obesidad y otras enfermedades metabólicas.
Cuanto más se investiga sobre el microbioma, más sabemos sobre el efecto negativo que tiene el azúcar sobre este, ya que este dulce alimenta las levaduras y las bacterias malas en el intestino. Una cantidad elevada de azúcar añadido, como la que tienen la mayoría de bebidas carbonatadas, puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, obesidad e incluso ciertos tipos de cáncer.


Los refrescos son también una pesadilla para los dentistas, no solo por la increíble cantidad de azúcar que contienen, sino por su alto contenido de ácidos. El ácido de estas bebidas (¡y por supuesto los ácidos que crean las bacterias que adoran alimentarse de todo ese azúcar!) erosiona el esmalte de los dientes y aumenta el riesgo de acumulación de placas y caries.

Por si eso fuera poco, estudios recientes señalan que las personas que beben con regularidad estos refrescos con gas suelen tener una peor memoria que quienes consumen menos azúcar. Se ha demostrado también que los consumidores de refrescos tienen un hipocampo (la parte del cerebro relacionada con el aprendizaje y la retención de información) y un cerebro más pequeños.

LAS VERSIONES LIGHT SON TAN MALAS COMO LAS NORMALES

Dado que la mayoría de los problemas que causan las bebidas gaseosas se deben al alto contenido de azúcar, seguramente pienses que las versiones light son una opción más saludable.

No obstante, la realidad es que resultan tan perjudiciales como las normales.
¿Por qué? El aspartamo es un edulcorante artificial que se usa muy a menudo en las bebidas light, al ser consumido se divide en tres compuestos químicos: fenilalanina, ácido aspártico y metanol.

Los dos primeros son aminoácidos que una vez en el organismo pasan directamente al torrente sanguíneo, por lo que pueden afectar a lo procesos neuronales.

El metanol, en cambio, es aún más insidioso: se convierte en formaldehído, una sustancia cancerígena que puede pasar la barrera hematoencefálica (es decir, la barrera que protege el cerebro).

El cuerpo de la mayoría de los animales tiene la capacidad de procesar el formaldehído en una sustancia inofensiva, pero el nuestro carece de la enzima necesaria para realizar tal cambio. Evidentemente, debido al modo en que nuestro organismo procesa el aspartamo, resulta bastante nocivo para nuestra salud. De hecho, este edulcorante se ha relacionado a menudo con una gran variedad de cánceres, como el cáncer de hígado, de pulmón y de pecho o incluso los tumores cerebrales.



A quienes recurren a los refrescos light para reducir el riesgo de diabetes tipo 2 quizás les sorprenda leer que las llamadas gaseosas dietéticas tienen de hecho el efecto contrario, ya que inducen o empeoran este tipo de diabetes e incluso aumentan el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas.

Por otro lado, cabe mencionar como curiosidad que en general los edulcorantes artificiales suelen tener un sabor más intenso que el azúcar normal, lo que entorpece a las papilas gustativas y hace que sea más difícil disfrutar del dulzor natural de los alimentos como la fruta. ¿El resultado? El cuerpo tiene antojos de azúcar refinado. Asimismo puede suceder que nuestro cuerpo trate los edulcorantes igual que el azúcar, cosa que conlleva a un aumento de peso y otros problemas de salud.

Es cierto que decantarse por los refrescos light o dietéticos para hacer un cóctel puede ahorrarnos varias calorías, pero es una mala alternativa si tenemos en cuenta otros factores: se cree que los edulcorantes artificiales se absorben más rápido en la sangre que el propio azúcar, así que puede que tus niveles de tolerancia al alcohol se vean afectados si consumes refrescos ligeros con tu cóctel.

Cabe señalar también que, al igual que el resto de bebidas carbonatadas, las versiones light carecen de valor nutricional. Tu cuerpo no necesita nada de lo que tienen estos refrescos: cuando bebes una de estas latas, sacrificas tu salud.

ALTERNATIVAS SALUDABLES A LOS REFRESCOS

Mi bebida preferida es sin duda alguna… ¡el agua! Pero si la idea te aburre o no te parece atractiva, hay muchas más opciones saludables:

La kombucha es una de las alternativas que más nos gusta en casa. Esta bebida fermentada está llena de probióticos que son las bacterias buenas del intestino: se encargan de espantar a las bacterias malas que son las responsables de las infecciones, el intestino permeable y la inmunodeficiencia, entre otros problemas.

Además, los probióticos ayudan a mantener el hígado limpio y sano. ¿Otra buena noticia? Ayudan a reducir la inflamación crónica, que es una de las causas principales de muchas enfermedades.

El té verde matcha también es una buenísima alternativa a las bebidas carbonatadas, sobre todo si eres de los que se bebe una lata para tener un chute de energía.
Tiene suficiente cafeína como para darte el empujón de energía que necesitas (¡unas 6-8 horas!) y evitar esas subidas y bajadas de cafeína que producen los refrescos. Por otro lado, ayuda a tener un sistema inmunológico sano.



Otra alternativa interesante a los refrescos con azúcar es añadirle algo de limón o cualquier otra pieza de fruta al agua con gas para sentir ese punto efervescente sin meterle al cuerpo tanto ingrediente nocivo.

¡Mímate y prueba estas deliciosas alternativas saludables! Quizás al principio eches de menos el sabor tan azucarado de las bebidas enlatadas, pero estoy seguro que con el tiempo te acostumbrarás a los refrescantes naturales y no volverás a querer tomar ninguna bebida nociva.

Recuerda... "La salud no lo es todo, pero sin ella todo lo demás es nada"
Via: runtastic

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