Aunque la mayoría de estas molestias no son graves, algunas
pueden ser síntomas de otras enfermedades
Exceso de sudor, los malos olores corporales, disfunción
eréctil y otros problemas genitales o picores en determinados puntos del cuerpo
son algunas de las cosas que nos suele dar vergüenza preguntar a nuestros
médicos, pero que deberíamos comentar con ellos.
Aunque en muchos casos el origen no es algo grave, hay otros
en los que sí puede complicarse. Con ayuda de expertos, resolvemos algunas de
las dudas que más pudor nos da plantear en la consulta, aunque —insistimos— una
visita a tu médico ayudará a que identifiques mejor tu problema. La vergüenza
en estos casos no es buena consejera.
1-¿Por qué me sale cada vez más vello?
Con el paso de los años, al tiempo que se pierde cabello y
salen canas, aparece pelo, o se hace más abundante, en lugares del todo
inusuales, como la espalda, las orejas o la nariz
Los especialistas en dermatología dividen la aparición de
estos pelos en dos tipos de síndrome: el hirsutismo y la hipertricosis.
"El primero se da en mujeres y es cuando el vello sale en zonas como la
cara, el pecho, la espalda o el cuello", explica Agustín Buendía, miembro
de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) y profesor
titular de la Universidad de Granada. Ocurre por "la alteración en el
equilibrio de las hormonas sexuales que provoca un aumento de las masculinas
como consecuencia de tener quistes en los ovarios, hiperplasia suprarrenal (una
alteración en la glándula que se encarga de producir hormonas como el cortisol,
la adosterona y la testosterona) o por varios tipos de tumores".
La hipertricosis, por su parte, es cuando el pelo sale en
cualquier parte del cuerpo de forma desproporcionada, y puede afectar tanto a
mujeres como a hombres. Aunque puede ocurrir sin ningún motivo, también
"puede ser una respuesta a medicamentos antiepilépticos o inmunosupresores",
dice el experto. También "está relacionada con la malnutrición y
enfermedades como la anorexia nerviosa o dolencias del hígado o de
tiroides", aclara. Se suele tratar con hormonas, pero cuando no hay
un origen "se aconseja la decoloración del vello o la depilación por
método clásico o fotodepilación", dice el dermatólogo.
Si el vello aparece sobre lunares, pecas o manchas también
se recomienda acudir a un dermatólogo "para descartar indicios de
patologías más serias como tumores", indica Carlos San Martín, coordinador
del Grupo de Trabajo de Sexología la Sociedad Española de Médicos de Atención
Primaria (SEMERGEN).
2-¿Por qué no dejo de sudar?
Empapar la camisa, mancharla con las incómodas piscinas o
que suden las manos puede ser un verdadero mal trago cuando tenemos una
reunión. La sudoración excesiva o hiperhidrosis limita la vida social de
quienes la padecen.
Este molesto síntoma suele aparecer en la adolescencia y en
la edad adulta, y le puede pasar a varios miembros de una misma familia.
"No se suele conocer la causa específica. El gran problema es que
incapacita en la vida diaria, pero difícilmente enmascara un problema más
importante", explica Buendía. Sin embargo, es importante comentárselo al
médico porque, aunque sean pocos, existen casos en los que se relaciona con
determinados tipos de tumores, enfermedades como el hipertiroidismo, problemas
cardiacos o diabetes.
Desde los desodorantes a base de aluminio, pasando por la
electroterapia, hasta el Bótox (que da resultado en seis meses) y la extracción
de los ganglios que afectan al sudor, los tratamientos reducen o controlan
el nivel de sudoración, pero no existe todavía el remedio que lo corte. Sí
hay que intentar no obsesionarse. José Francisco Ávila, coordinador del grupo
de Nuevas Tecnologías de la Sociedad de Medicina de Familia y Comunitaria (SEMFYC)
pone como ejemplo la higiene: "Como quienes sufren hipersudoración tienen
la sensación de oler mal aunque se duchen, lo hacen más veces y puede ser
resultar contraproducente porque lleva a la obsesión, a ponerse nervioso y, por
tanto, va sudar más".
3-¿Por qué me huelen los pies?
"En realidad, los pies no huelen", indica el
dermatólogo Agustín Buendía y explica que "lo que huele es lo que hay de
añadido en los pies". Es decir, "puede haber una descomposición
bacteriana, que esté detrás de un olor repugnante, o infección por hongos que
emiten ese típico olor a queso", señala este especialista. Ambas
situaciones empeoran con el sudor, el calor y la oclusión propios del calzado
estrecho y de los calcetines apretados. "Un pie seco casi nunca huele,
pero la humedad facilita el crecimiento de hongos o la descomposición de
bacterias", continúa el dermatólogo.
Ante casos como el denominado pie de atleta, que
engloba un conjunto amplio de infecciones tanto micóticas como bacterianas, el
experto recomienda "un lavado con jabón antiséptico para desinfectar y
eliminar las bacterias, mantener el pie seco y hacer exploraciones para
detectar alteraciones (como durezas o malformaciones) en zonas donde con frecuencia
se asientan las levaduras llamadas cándidas".
4-¿Por qué me huele el aliento?
La halitosis es fruto de la acumulación de bacterias que se
produce por los restos de comida alrededor de las encías y la lengua, y suele
ser una de las señales que más reparo produce a la hora de hablar con un
médico.
"Muchas veces los pacientes nos piden que les remitamos
al digestivo porque les huele mucho el aliento y han oído decir que el origen
está en el estómago, pero en realidad el 90% de los casos se debe a problemas
de la cavidad oral, no del aparato digestivo", recalca Ávila y explica
que, además de las bacterias, "el mal olor puede estar relacionado con
infecciones dentales como caries, flemones, abscesos o gingivitis". Sin
embargo, continúa, "la principal causa de mal aliento es el tabaquismo".
Aunque menos común, la halitosis también "puede estar
relacionada con un fallo renal o alteraciones hepáticas", indica San
Martín, y aclara que se trata de casos graves que "van acompañados de
síntomas más alarmantes que el mal aliento."
5-¿Por qué han cambiado de color mis deposiciones?
Aunque hablar de deposiciones no llega a ser un tabú en la
consulta, indica Ávila, el aspecto inusual de las heces también causa rubor a
los pacientes: "El cambio de color suele ser una causa de
preocupación". Sobre todo cuando es a colores poco comunes, como verdoso o
rojizo, los pacientes se "suelen asustar", reconoce este médico de
familia.
Detrás de estos cambios pueden estar los pigmentos de
algunas comidas —como cuando comemos calamares en su tinta o remolacha—,
pero "también pueden deberse a la ingesta excesiva de hierro o grasa,
infecciones como la enteritis —inflamación de los intestinos, especialmente el
delgado— causadas por bacterias o parásitos, o alteraciones motivadas por
tumores".
La tipología de heces es tan variada como diversos son los
motivos que están detrás de su aspecto, explica Ávila: "Hay tratados
anteriores al siglo XIX con capítulos dedicados a la descripción de las decenas
de tipos de deposiciones que hay. Su análisis ha dado todo un campo de
posibilidades de diagnóstico de enfermedades".
6-¿Por qué me pica el orificio anal?
El picor no suele ser síntoma de una enfermedad grave.
"Puede estar provocado por una parasitosis (lombrices), por un cuadro
dermatológico marcado por la irritación de la piel o por la alteración de la
mucosa, pero lo más frecuente es que esté relacionado con hemorroides",
apunta San Martín.
7-¿Por qué me ha salido una verruga en los
genitales?
Todo lo relacionado con los órganos de reproducción sexual
causa rubor. "Muchas personas no preguntan por miedo a que se trate de una
enfermedad de transmisión sexual o por admitir que han tenido relaciones
fuera de la pareja", observa Buendía.
Pese a los temores, reconocer cuanto antes las lesiones en
los genitales, como las úlceras, es clave para diagnosticar y tratar las
enfermedades transmitidas por la actividad sexual. "Un buen ejemplo es la
sífilis. A un paciente que haya tenido contacto con una persona contagiada, le
aparecerá una úlcera (chancro sifilítico) a los 21 días y, si lo consulta, los
facultativos detectan la sífilis en un primer estadio curable. Si el paciente
no lo consulta, puede pasar a una segunda fase mucho más difícil de
diagnosticar y tratar", advierte este experto.
No solo está en juego la salud propia, sino la de todas
aquellas personas con las que hayamos podido compartir cama, los expertos
recomiendan consultar cualquier síntoma fuera de lo común que notemos:
verrugas, heridas, cambios en los fluidos, picores, etcétera, son motivo para
acudir al médico y evitar contagios, por mucha angustia que dé manifestarlo.
8-¿Por qué ahora me cuesta tanto tener una erección?
No solo la aparición de verrugas o heridas en nuestros
genitales es motivo de vergüenza a la hora de hablar con un médico. Cuando no
funcionan como se espera también puede causar pudor.
Tanto en hombres como en mujeres, las molestias en la
práctica sexual pueden estar relacionadas con muchas enfermedades, explica
la ginecóloga y sexóloga Francisca Molero, presidenta de la Federación
Española de Sociedades de Sexología. En las mujeres, el origen puede estar en
que tengan endometriosis, dismenorrea, la regla, la menopausia o en la toma de
anticonceptivos, entre otros. En los hombres, una disfunción eréctil podría
ser, por ejemplo, un síntoma de hipertensión.
Molero explica que a la vergüenza del paciente se suma
la del personal sanitario, "que no está formado para preguntar por la vida
sexual".
Fuente: El Pais - Buena Vida.
https://elpais.com/elpais/2018/10/29/album/1540814388_250669.html#foto_gal_1
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